De Tangos, Rancheras y Huaynos
PRÓLOGO Esta es nuestra quinta antología. Sus cuentos fueron escritos y corregidos entre el nuevo año y el que pasó. Integrar y editar la obra, esta vez, nos llevó más tiempo que las anteriores. Está formada, como las otras, por piezas de escritores de distintos países latinoamericanos. A esta colección se han incorporado nuevos nombres y con ellos, nuevas visiones. Nuestro grupo, “Memento Mori”, cuyo nombre deriva de una frase en latín que significa: “Recuerda que vas a morir”, surgió hace algunos años, en la “dura época” de la pandemia. Desde entonces, no cesamos de publicar estas colecciones que se hicieron con amor, aunque en ellas también se descubren el desamor y otros sentimientos. Estos cuentos se hicieron con la pasión interior que a veces no percibimos, pero como el sol que nos alumbra cada día sigue ardiendo, aunque por momentos sólo veamos su reflejo. También se construyeron con la niebla y la oscuridad, porque sabemos de muchos infiernos y, sin embargo, seguimos acá con entusiasmo y ganas. Por suerte, no nos han derrumbado los malos vientos, porque confiamos que la expresión es una cura y tratamos de no perder nuestro eje. Cada tanto se nos olvida el camino, pero volver a nosotros es siempre una alegría, como cuando se redescubre una tierra amada. Y si extraviamos la dirección, siempre alguno de los integrantes nos insiste o nos da un leve sacudón para continuar con la escritura. Publicar cada antología es un empujón porque sabemos que podemos doblar o seguir adelante, pero no poner el freno. Y confiamos en que llegará el día en que las alegrías renazcan como cuando se escribe por primera vez o se baila, se pinta, se actúa o se hace lo que a cada uno le gusta hacer. Así son nuestras antologías, salen con el tiempo ajustado que tenemos, cuando dejamos nuestras actividades cotidianas que nos impiden sacar nuestro libro con más prisa. Como sopló mucho polvo por el terraplén, tuvimos que descender a las tareas diarias que no podíamos abandonar, pero volvimos a subir al tren de la creación que nos produce dicha. Es así como te esperan, lector, estos cuentos que vas a leer: algunos requieren paciencia y muchos otros, no; algunos reflejan tristezas; broncas; locura o alegría; pero siempre honestos en su factura, como lo que sale del corazón.