SCRIPTA
La Universidad de Salamanca cuenta con un importantísimo patrimonio histórico y cultural, resultado de sus casi 800 años de historia, que ha tratado de cuidar y difundir a lo largo de los siglos. En este vasto legado que ha venido custodiando tiene un papel protagonista el libro, ya que constituye una fuente de conocimiento fundamental y un instrumento de difusión imprescindible que ha mantenido su función a pesar del paso del tiempo. Podría decirse que el libro es un ejemplo extraordinario de diseño funcional, por cuanto pocos de los instrumentos que nos rodean se han adaptado tan bien a la función para la que fueron creados. La idea de realizar en la Biblioteca Nacional, y en el marco de la conmemoración del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca, una exposición que permitiese ver por vez primera juntos, fuera de nuestra universidad, algunos de nuestros manuscritos más representativos resulta especialmente atractiva. No solo por el lugar donde son expuestos, nada menos que la gran biblioteca de todos los españoles, sino también porque nos facilitaba la oportunidad de mostrar, a través de nuestros libros, cómo surgió el sistema universitario español y cómo este ha sido determinante para el avance social y económico de nuestro entorno. Las diferentes secciones en que se divide la exposición nos hablan de la evolución física y en ocasiones artística de los manuscritos, pero también predican de la evolución en sus contenidos, de cómo, poco a poco, se iba conformando un corpus de conocimiento que constituye la base de los saberes clásicos y el punto de partida desde el que hemos ido evolucionando con la ayuda de todos aquellos sabios que a esa tarea se consagraron. Y es que, a pesar de que han pasado ya ocho siglos, los libros siguen siendo fuente fundamental del conocimiento. Sus formatos y soportes han evolucionado, al igual que el modo en que accedemos a ellos e incluso el modo en que se plantean y desarrollan pensando en los lectores. Sin embargo, los investigadores aún recurrimos a ellos y en los libros nos gusta vernos reconocidos. Esta exposición y este catálogo constituyen en sí mismos un recurso imprescindible para aquellos que quieran conocer cómo se conservaba y transmitía el saber. Tienen a la vez un interés artístico y cultural, puesto que algunos de los libros que incluyen son auténticas obras de arte. Y tienen, finalmente, un interés histórico porque ilustran la historia de la universidad española, que hunde sus raíces en el siglo XIII.