Los tres días de Jonás
Debido a la vida estresante propia de la gran ciudad, Jonás sufre un infarto. Una vez recuperado, decide irse a vivir con su perro a La Petra Sellada, un pueblo del Pirineo oscense, donde compra una vieja casa que va reformando. Un día, mientras se dispone a adquirir material de construcción, oye una conversación perturbadora. Paralelamente, un abogado de Barcelona y los socios de su bufete desean crear una empresa ganadera. Para agilizar trámites ante el notario, envían a Mónica, también abogada, que resulta ser la ex de Jonás. Coincide con todo esto una exposición de material religioso de un gran valor económico, y Jonás se verá inmerso en unas aventuras inesperadas con un gran riesgo para su vida