Reprobarían los científicos más famosos del mundo si se hubiesen sometido a los sistemas de evaluación como el del Conacyt (México)
En este libro se consideran aspectos del oficio del investigador-escritor-divulgador del conocimiento que se han dejado de lado en los textos sobre metodología y evaluación del trabajo científico: 1) La generación del conocimiento requiere tiempo para la observación y estudio del fenómeno de interés; por ello se muestra que los grandes hombres y mujeres de ciencia que han trascendido en la historia por sus aportaciones tardaron años en concretarlas, lo cual no lo permitirían los actuales sistemas de evaluación que fijan tiempos específicos para la entrega de resultados. 2) Es preciso señalar que unido a las dificultades propias de cualquier pesquisa están además los aspectos humanos de quien la realiza; estos elementos no pueden separarse ni minimizarse en ningún momento del trabajo científico. Por tanto, en esta obra se analiza la parte humana del oficio del investigador; para ello presento a 27 personajes cuyas aportaciones en diversos campos de estudio pueden comprenderse mejor si se parte del hecho de que la investigación es un proceso objetivo-subjetivo. Entre estos personajes están: Isaac Newton, Carlos Darwin, Luis Pasteur, Albert Einstein, Carlos Marx y Federico Engels, Marie y Pierre Curie, Wright Mills, Antonio Gramsci, entre otros, cuyas experiencias se incluyen en este libro. Los sistemas de evaluación institucionales a los que se someten los trabajos de investigaciones están acordes con el modelo neoliberal en el cual se sustenta el modo de producción capitalista. Dichos sistemas ignoran la realidad cotidiana que viven o han vivido las y los científicos cuyos aportes han sido fundamentales para la consolidación de la Ciencia. Dr. Raúl Rojas Soriano