Intrépido, Temerario Y Audaz
La lista de guerreros que surgieron durante la revolución patriota en Sudamérica llega a ser innumerable, no obstante en estas páginas nos abocaremos a tres hombres cuyos destinos se entrelazaron en territorio chileno bajo el fragor de los combates; y que sin ser militares de profesión, abrazaron el oficio de milicianos, hasta incorporarse a los ejércitos que defendieron sus respectivas causas en batalla. Nos referimos a los comandantes Bernardo O'Higgins; Ildefonso Elorriaga y Francisco Javier de Molinas (el Catlán Molina).El más reconocido de ellos sin duda que es O'Higgins. Sin embargo, una serie de factores, en especial de tipo político partidista, a lo cual se suma la abanderización ideológica, la falta de imparcialidad, la poca rigurosidad y la extrema superficialidad de diversos investigadores históricos, han llevado a resaltar exageradamente su rol como gobernante militar; opacando injustamente sus méritos de guerrero legendario.Por otra parte, mientras pasan los años, cada vez se hace más difícil ahondar en la historia personal y militar de otros próceres, y en especial de los comandantes Elorriaga y Molinas; quienes a doscientos años de sus legendarias hazañas militares, parecen estar prácticamente condenados al olvido. Es por eso que emprender el desafío de llevar adelante en estas páginas la ardua tarea de investigar y reconstruir la historia militar de estos bravos guerreros, no es más que un merecido tributo de reconocimiento póstumo dedicado a estos nobles defensores de sus ideales.El español Ildefonso Elorriaga fue uno de los más decididos paladines del ideal monárquico, defensor acérrimo de la causa realista, en una época convulsionada por la revolución, en la cual se decidió tempranamente y sin vacilar a tomar las armas para contribuir a someter con pólvora y espadas a los rebeldes patriotas que osaban emanciparse del dominio hispano, alcanzando renombre y un lugar destacado de primer orden como comandante realista, siendo uno de los más enconados rivales que tuvieron las armas patriotas entre 1813 y 1817.Por su parte Francisco Javier de Molinas, originario de Cataluña, tenía un carácter osado y aventurero que lo impulsaban a involucrarse impetuosamente en la defensa de las causas rebeldes; ante lo cual, imbuido en el torbellino de la revolución patriota, optó por el camino de tomar las armas para defender y consumar la causa emancipadora rebelde. Enrolado en los ejércitos de la Patria, comenzó con sus primeras incursiones bajo el alero del comandante O'Higgins, destacándose además como uno de sus principales y más activos lugartenientes; además de transformarse en un colaborador activo de los comandantes José Miguel Carrera, Luis Carrera, Juan Mackenna y Ramón Freire entre otros destacados jefes patriotas.Impetuosos frente al enemigo y de bravura legendaria, formaban en primera fila al entablar combate, de forma tal que tanto O'Higgins, como Elorriaga y Molinas eran idolatrados en sus respectivos bandos por sus tropas, además de ser temidos y respetados por sus adversarios. Y es en este torbellino bélico donde se entrecruzan las vidas de los comandantes O'Higgins y Molinas por el bando patriota; enfrentados a muerte contra las huestes realistas, donde uno de sus paladines más destacados, fue sin duda alguna el comandante Elorriaga.Intrépido, Temerario y Audaz son calificativos que enmarcan y describen a todos y a cada uno de estos destacados guerreros, sobre los cuales daremos testimonio en estas páginas.