La sierra de Puebla en la política mexicana del siglo XIX
Es hecho afianzado en la historiografía liberal de México que la Sierra de Puebla contribuyó de forma significativa a la defensa de la República ante el peligro y en la construcción de una moderna nación liberal. ¿Cómo es posible que una topografía tan recóndita y laberíntica haya contribuido a la evolución política del país durante el tumultuoso siglo XIX? Este libro plantea dos explicaciones. La primera es la ubicación estratégica de la Sierra de Puebla, que preside la ruta entre la capital y Veracruz. Todos los interesados, extranjeros y nacionales, buscaron aliados en la Sierra Norte con el objeto de controlar dicha ruta. El segundo factor fue la compleja geografía étnica de la Sierra y el legado de autonomía comunitaria y seguridad en sí mismos. Y aunque la Sierra ofrecía a todos los interesados una posible reserva estratégica, fue un solo distrito el que contribuyó en mayor medida al éxito de la revolución liberal del siglo XIX. Apartada e inaccesible, Tetela de Ocampo fue el hogar de un presidente interino de la República, Juan Nepomuceno Méndez, de dos gobernadores de estado (Méndez y Juan C. Bonilla) y del cacique nahua Juan Francisco Lucas, Cuya influencia en la Sierra Madre Oriental, que se extiende de la sierra de Pahuatlán en el estado de Hidalgo a la sierra Zongolica en Veracruz, abarcó el periodo entre la revolución de Ayutla en 1854 y su muerte en febrero 1917. Ningún otro líder indígena desempeñó un papel tan notable en la formación del estado mexicano. Este libro indaga en los orígenes del patriotismo liberal de la Sierra e intenta explicar por qué los serranos desempeñaron un papel tan importante en la historia política del sureste de México durante el siglo XIX e inicios del XX, periodo abarcado por las tres grandes revoluciones mexicanas: la Independencia, la Reforma y la Revolución.