Se trata de un ensayo sobre el contexto teológico y la experiencia de vida del celibato en medio del mundo, compartiendo esta entrega plena a Dios con las actividades personales y profesionales ordinarias. El celibato por un motivo espiritual (“Por el Reino de los Cielos”) se sitúa en las antípodas de una sociedad, que considera la sexualidad como un mero placer, desvinculado incluso del amor y el compromiso familiar. Lejos de tratarse de una represión inhumana, el celibato cristiano supone una respuesta a una invitación del amor infinito de Dios, que llama a determinadas personas a una mayor intimidad con Él y a brindar, fruto de esa misma intimidad, ese amor generoso a todas sus criaturas. El célibe no es alguien seco, que envidia lo que renuncia, sino alguien plenamente enamorado, que quiere tanto que no puede querer solo a una persona: quiere en primer lugar a Jesucristo, y después a todos los que Él pone cerca de su itinerario vital.
El libro se divide en cuatro apartados. En primer lugar, se ofrece una visión histórica sobre el sentido del celibato en diversas tradiciones espirituales, si bien con especial mención a la historia del cristianismo. En el segundo capítulo se comenta el sentido del celibato en la Sagrada Escritura y la tradición espiritual de la Iglesia católica. Después, se revisan las motivaciones que justifican la elección de esta forma de vida, mostrando que se trata de una respuesta a una llamada particular de Dios, que impacta también positivamente en todos los ambientes en que se mueve la vida del célibe. En la última sección se presentan algunas implicaciones prácticas del celibato para la vida del fiel laico que acoge este carisma, ilustrando algunas de ellas con la experiencia vital del propio autor.
"Este libro es único en su género. Ciertamente hay muchos sobre el celibato «por el Reino de los Cielos» que vivió Jesús y que propuso a algunos de sus discípulos (Mt 19,12), pero se refieren casi siempre a los sacerdotes o a los religiosos. Casi nunca hablan del celibato apostólico de los laicos, y menos aún de modo autobiográfico, fruto de una experiencia vital. El lector tiene en sus manos el primer libro de estas características.
El autor no es un sacerdote ni un religioso. Es un laico igual a muchos millones de fieles católicos que viven de su trabajo y contribuyen con él al progreso de la sociedad. Un laico que ha decidido no casarse, no porque no le atraiga el matrimonio o no se la hayan presentado ocasiones de formar una familia, sino porque piensa que Dios quiere para él el celibato. ¿Es un caso raro, una persona extraña? ¿Habrá tenido alguna experiencia traumática que le ha apartado del matrimonio? ¿Será que no siente inclinación por el amor conyugal, que también es un camino de santidad?... Seguro que el autor se reirá al leer estas preguntas. No, no hay nada de esto. Es sólo un cristiano que se ha sentido llamado a seguir a Jesucristo amándole con el corazón indiviso, sin compartirlo con una esposa, como dice san Pablo en la primera Carta a los Corintios (7,32-34): con un amor que le permite darse a todos y participar singularmente —así lo afirmó san Juan Pablo II— en la misión apostólica que Cristo ha confiado a todos sus discípulos". Prof. Javier López-Díaz, Universidad de la Santa Cruz (Roma)