Las Ideas Esenciales de Neville Goddard

By Fernanda Monteiro

Las Ideas Esenciales de Neville Goddard
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Según enseña Neville Goddard en sus libros y conferencias, la imaginación es el fundamento de la realidad y el punto de partida de todo lo que se manifiesta en el mundo físico. Es a través de la imaginación como el pensamiento se transforma en acción y se moldea la existencia.  

Cuando se utiliza conscientemente, en un estado de «imaginación despierta», la mente dirige su fuerza creativa hacia la realización de deseos y objetivos, alineando pensamientos, emociones y acciones. El mundo exterior refleja directamente lo que se concibe en el interior de cada individuo, por lo que es esencial cultivar pensamientos constructivos.  

La imaginación no debe considerarse una mera fantasía, sino un proceso activo de visualización clara y convencida. Este poder creativo es capaz de transformar los retos en oportunidades, permitiéndonos trascender las limitaciones aparentes y crear nuevas realidades. En esencia, la imaginación consciente es una herramienta para estar a la altura del potencial humano, limitado únicamente por las creencias sobre lo que es posible. De este modo, se revela como la clave para una vida satisfactoria y con sentido.  

La conciencia, el principio creativo que moldea la realidad, es mucho más que percepción. Es un campo activo que refleja pensamientos, emociones e intenciones, estructurando el mundo exterior. Nada existe fuera de la conciencia, porque la realidad visible es una proyección directa del estado interno de cada persona. Esta perspectiva desafía la idea de que los acontecimientos externos son independientes, sugiriendo que la realidad es plástica y responde a las creencias y expectativas cultivadas.  

Cambiar la conciencia, por tanto, es la clave para transformar la realidad. Este proceso no requiere un esfuerzo físico, sino una reorientación consciente del enfoque mental, ajustando los pensamientos y las emociones para crear nuevos resultados. El cambio interno se refleja en transformaciones externas, y la conciencia como fuente creativa reorganiza las circunstancias a medida que se altera el estado interno.  

El poder de crear realidades alineadas con la esencia divina está al alcance de todos, y la verdadera transformación comienza en el interior de cada ser. La afirmación «Yo Soy» es una herramienta poderosa en este proceso, que conecta al individuo con su esencia divina y con la capacidad de moldear su realidad. Al afirmar «Yo Soy», la persona no sólo expresa su identidad, sino que activa el poder creativo que define su experiencia vital. 

Para manifestar los deseos, es esencial no sólo visualizar el objetivo, sino también asumir emocionalmente que ya se tiene lo que se desea. El universo responde al estado emocional y a la vibración emitida, no a palabras o pensamientos aislados. Cuando la mente inconsciente experimenta la emoción de un deseo ya cumplido, comienza a moldear la realidad de acuerdo con este estado vibracional. 

La Ley de la Asunción, pieza central de las enseñanzas de Neville Goddard, afirma que todo lo que se acepta como verdadero se manifiesta. La mente subconsciente acepta como real lo que se cree firmemente, y esta creencia se refleja en las acciones y las circunstancias. Cambiar las creencias internas transforma la realidad externa, creando nuevas oportunidades y nuevas realidades. 

La emoción, por tanto, es la fuerza vital que transforma la imaginación en manifestación. Sin sentimiento, la visualización pierde su eficacia, porque una simple imagen mental no genera una conexión con la realidad deseada. El verdadero cambio se produce cuando la imaginación va acompañada de una emoción genuina, haciendo que el subconsciente perciba el deseo como algo ya realizado.  

Al cultivar una mentalidad positiva y centrada, la persona empieza a atraer experiencias que se corresponden con estas nuevas creencias. La verdadera transformación se produce internamente, y el mundo exterior se ajusta automáticamente para reflejar estos cambios. La disciplina mental y emocional es clave para dirigir la atención hacia lo que se desea crear, manteniendo el foco en las soluciones y no en las dificultades. 

La gratitud es una fuerza creativa esencial en este proceso. Practicándola, incluso antes de ver materializado su deseo, crea un entorno interno que atrae lo que desea. La gratitud eleva la frecuencia vibratoria y genera armonía con las fuerzas creativas del universo, fomentando la paz interior y atrayendo resultados positivos.  

En este camino individual de transformación, la persistencia y la fe desempeñan papeles cruciales. La práctica constante de la alineación interna y la capacidad de persistir, incluso ante los desafíos, son los cimientos, las bases de apoyo, para la manifestación de los deseos y la creación de una vida plena e intencionada.

Fernanda Monteiro.

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