Dodo

En aquel entonces, la costa frente al Mar de Cortés se parecía mucho a Pianosa, la diminuta isla siciliana donde Joseph Heller montó su novela satírica Catch-22 de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, era el lugar perfecto para filmar la versión de Hollywood, y ese evento único ha llegado a definir la ciudad de San Carlos y su paisaje circundante para siempre. En ese momento, este sitio aislado solo era accesible por barco. Pero después de concluir la producción y regresar a Los Ángeles, el equipo de filmación dejó una carretera, torres de control, villas abandonadas y una pista de aterrizaje. Uno de estos aviones bombarderos también fue enterrado en el set. Junto con un equipo de arqueólogos, Adam Broomberg y Oliver Chanarin viajaron a San Carlos para exhumar el llamado "avión mexicano".Durante los años transcurridos el desierto había recuperado completamente el terreno y Broomberg y Chanarin solo encontraron fragmentos; miles de fragmentos de aluminio, uñas oxidadas y excrementos de conejo. La desaparición del avión recuerda la del dodo, la primera especie en la Tierra en extinguirse como resultado de la actividad humana. Cuatro siglos después de su último avistamiento, no queda ni un solo esqueleto intacto o una imagen confiable. Solo un huevo sobrevive.