Hay algo en los universitarios actuales de aquello que afirmó el poeta Rimbaud en 1872, de que era necesario “ser absolutamente moderno”. Su idea de modernidad tenía que ver con una cierta visión del mundo, que en su caso era el de la Ilustración (Fusi, 2014). Pero lo moderno, en un sentido literal, es lo propio del tiempo actual. Por eso, hasta los antimodernos, siguiendo a Antoine Compagnon, son necesariamente modernos en este otro sentido (Compagnon, 2007).Somos hijos de los cambios que viene experimentando el mundo en que vivimos. La mera enumeración de los hechos sucedidos desde los noventa sobrecoge hasta facultar para hablar de un cambio de época. No es una nueva banalización de esta idea. Esos cambios y la reacción a los mismos están alterando las formas de aprender y de enseñar desde hace tiempo. Afectan a disciplinas que pueden parecer distantes, como las que aquí abordamos, pero que se ven impelidas por desafíos comunes. Nos afectan a unos y a otros los nuevos enfoques epistemológicos, las tecnologías y sus efectos sociales y el desarrollo de nuevas metodologías. Esta conjunción de desafíos, aunque sea circunstancial, facilita las sinergias y rompe con la hiperespecialización tan propia de la enseñanza superior, aunque no de la tradición universitaria y humanística, que siempre estuvo abierta a conectar asignaturas y saberes. La Universidad es una de las instituciones más longevas de la historia porque ha sabido adaptarse siglo tras siglo. Los gestores de Google, que predicaron el fin de la Universidad, terminaron fundando una poco después, aunque con un éxito relativo.
Book Details
- Country: US
- Published: 2024-12-11
- Publisher: Dykinson
- Language: es
- Pages: 983
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