La pedagogía del ocio

Parece claro que el trabajo no puede seguir siendo la principal (o casi única) actividad capaz de otorgar sentido a la vida humana. La mentalidad del puritanismo burgués que consideraba al ocio como un vicio, resulta totalmente obsoleta en una sociedad como la nuestra. Entre la prospectiva de una civilización del ocio vislumbrada en los años sesenta y la actual realidad del desempleo, se ha encargado de convertir en disfuncional la consideración del trabajo como valor supremo.