¿Dónde queda la dignidad de un hombre que construye su identidad masculinidad sobre
los pilares de la violencia sexual mercantilizada, dirigida al cuerpo de una mujer que no le
desea? ¿Dónde queda su alma, su esencia, su luz? No hay más ignorante que el que no
quiere saber, ni más ciego que el que no desea ver, ni cómplice más sanguinario que el
que, pudiendo combatir un delito, mira para otro lado y transita por su experiencia de
vida con la mezquindad de su falta de compromiso por la justicia social.
Hombre que dices no pertenecer al grupo de los agresores prostituidores, has de saber
dos cosas:
Que tu acción social contra este delito es fundamental
Que tu silencio te hace cómplice
Tú decides
MJ Navarro