La inmunidad que los embajadores disfrutaban en sus palacios adquirió un desarrollo especial en Roma, porque la extendieron a un circuito en torno al palacio. En esta zona de confines variables conocida como quartiere, barrio o franco del embajador, no podía entrar la policía romana.
Así, "El Quartiere de la embajada española en Roma" ofrece, en primer lugar, una visión general de su origen y desarrollo, y luego se centra en la evolución del barrio español que, en la segunda mitad del siglo XVII, alcanzó gran extensión y se convirtió en un lugar propicio para refugio de malviventi, prostitutas y juegos prohibidos, lo que motivó que el papa Inocencio XI aboliera estas jurisdicciones exentas por los abusos que se cometían.